COMENTARIO DE ARTE:
EL PROFETA
1) IDENTIFICACIÓN DE LA OBRA:
a) TIPO DE OBRA: Escultura
b) TÍTULO: El Profeta
c) AUTOR: Pablo Gargallo
d) FECHA: 1933
e) LOCALIZACIÓN: Museo Provincial de Zaragoza
f) ESTILO: Vanguardias
2) ANÁLISIS FORMAL
Las piezas de Gargallo tienen dos rasgos fundamentales: esquematismo y simplicidad.
Sus obras, prodigiosamente logradas, dibujan perfiles cóncavos y convexos en el aire, con apenas unas líneas, cuyo soporte material son tan solo varillas curvadas o planchas de bronce o de hierro que se ensamblan con perfección. Estas leves varillas y chapas metálicas ensambladas son suficientes para dar corporeidad y volumen a todo un mundo de siluetas y figuras llenas de belleza y esquemática sensibilidad. Sus obras son también una síntesis conceptual que parece nacer a
la vanguardia con el primer cubismo para consolidarse después y terminar ofreciéndonos el mejor de los mundos expresionistas.
Gargallo trabajó con todo tipo de materiales: el mármol, la piedra, la madera, el cartón; pero sobre todo se expresó a través del hierro y del bronce, sin olvidar el barro, en el que modeló gran parte de sus ideas. Su mundo artístico más sólido, y lo que se han llamado sus etapas más definidas, pertenecen al cobre y sobre todo al hierro.
El Gran Profeta fue sin duda su obra más ambiciosa y de más larga elaboración ya que existe un dibujo o boceto de esta obra que está fechado en 1904, cuando sin embargo el Profeta no se fundió en material definitivo hasta 1933, cuyas dimensiones fueron 2,35 m de altura.
​
Se trata de una escultura de gran tamaño, fundida en bronce, aunque algunas veces se diga que es hierro forjado, a partir del ya aludido modelo de escayola. Existen siete ejemplares numerados, tres pruebas de artista numeradas
también y un HC, es decir, un hors de commerce.
El gran profeta es la culminación de la segunda etapa del artista o época del cobre, donde prefiere las superficies cóncavas, es decir, aquellas con curvas hacia adentro, valorando el hueco, la falta de materia y el vacío.
​
Función y significado.
La figura del profeta representa a un hombre barbado, enjuto, recio que infunde temor. Sus piernas son fuertes y están separadas dando una sensación de fortaleza y estabilidad, sus largos pies parecen asirse fuertemente a la tierra que pisa. El profeta alza el brazo derecho hacia el cielo, en un gesto de aviso o de amonestación no exento de cierta ira. Lleva una vara en el brazo izquierdo como parece que llevaban algunos de los profetas.
Los volúmenes interiores parecen terminar la figura, redondeándola, sugiriendo misteriosas intenciones del escultor.
​
La copia 1-3 está milagrosamente en Zaragoza tras numerosos avatares, a los que se impuso el empeño inteligente de Federico Torralba. Hoy esta pieza es propiedad de la Diputación de Zaragoza, y la podemos contemplar y sobrecogernos ante su presencia, en el patio central del Museo de Zaragoza. Un día pudo ser nuestro, gracias a su viuda, con tan sólo pagar los gastos de fundición "y no se hizo", luego fue mucho más costoso conseguirlo.